martes, 9 de diciembre de 2014

Escultura ecuestre del Emperador Carlomagno


Escultura ecuestre del emperador Carlomagno:

Clasificación de la obra:
Género: Escultura. Museo del Louvre, París.
Título: Escultura ecuestre del emperador Carlomagno.
Autor: anónimo
Cronología: Es una obra del siglo VIII.
Análisis:
La obra es una escultura de bulto redondo, hecha en bronce,  con la finalidad de perdurar, ya que el bronce es resistente al paso del tiempo, como podemos ver, que es una obra del siglo VIII, y se conserva casi en perfectas condiciones.
La escultura está sustentada gracias a las patas del caballo, a excepción de la pata derecha delantera que se sitúa  alzada, dando un paso, creando una escena con movimiento y equilibrio de la composición. Además otro elemento destacable del caballo es la crin, cuidadosamente esculpida simulando un gran realismo acompañando al movimiento de la escena.
Carlomagno está representado con medidas un tanto desproporcionadas, a pesar de ser un hombre alto, tiene la intención de remarcar la importancia y poder de su figura ante el resto, recurriendo a una representación mayor.
Se puede ver a simple vista que viste sencillamente, con una larga capa, botas y la corona de emperador, sin expresión en el rostro, gesto firme portando una esfera en su mano derecha, mientras que con la izquierda guía al caballo.
Comentario:
En la Edad Media el emperador tenia la máxima autoridad estando todo lo demás subordinado a su persona a excepción de Dios.
Como se puede ver al emperador, portando una corona en la cabeza, símbolo de poder, acentuado por ser esculpido encima de un caballo poderoso, además de llevar una espada que casi no se aprecia, pues  se encuentra casi tapada, escondida con la capa de la figura.
Este personaje de la historia fue coronado emperador por el propio Papa, otorgándole aún más poder y prestigio a su imperio, que apenas duraría unos años después de su muerte.
Contexto histórico:
Durante el Imperio Carolingio se intentó recuperar las costumbres anteriores, tanto políticas, culturales y religiosas.
Además de ampliar su imperio con numerosas batallas,  hizo extender la cultura carolingia por sus fronteras,  asentando las bases de la Europa occidental en el Medievo.