Escultura ecuestre del emperador Carlomagno:
Clasificación de la obra:
Género:
Escultura. Museo del Louvre, París.
Título:
Escultura ecuestre del emperador Carlomagno.
Autor:
anónimo
Cronología:
Es una obra del siglo VIII.
Análisis:
La obra es
una escultura de bulto redondo, hecha en bronce, con la finalidad de perdurar, ya que el
bronce es resistente al paso del tiempo, como podemos ver, que es una obra del
siglo VIII, y se conserva casi en perfectas condiciones.
La escultura
está sustentada gracias a las patas del caballo, a excepción de la pata derecha
delantera que se sitúa alzada, dando un
paso, creando una escena con movimiento y equilibrio de la composición. Además
otro elemento destacable del caballo es la crin, cuidadosamente esculpida
simulando un gran realismo acompañando al movimiento de la escena.
Carlomagno
está representado con medidas un tanto desproporcionadas, a pesar de ser un
hombre alto, tiene la intención de remarcar la importancia y poder de su figura
ante el resto, recurriendo a una representación mayor.
Se puede ver
a simple vista que viste sencillamente, con una larga capa, botas y la corona
de emperador, sin expresión en el rostro, gesto firme portando una esfera en su
mano derecha, mientras que con la izquierda guía al caballo.
Comentario:
En la Edad
Media el emperador tenia la máxima autoridad estando todo lo demás subordinado
a su persona a excepción de Dios.
Como se
puede ver al emperador, portando una corona en la cabeza, símbolo de poder,
acentuado por ser esculpido encima de un caballo poderoso, además de llevar una
espada que casi no se aprecia, pues se
encuentra casi tapada, escondida con la capa de la figura.
Este
personaje de la historia fue coronado emperador por el propio Papa, otorgándole
aún más poder y prestigio a su imperio, que apenas duraría unos años después de
su muerte.
Contexto histórico:
Durante el
Imperio Carolingio se intentó recuperar las costumbres anteriores, tanto
políticas, culturales y religiosas.
Además de
ampliar su imperio con numerosas batallas, hizo extender la cultura carolingia por sus
fronteras, asentando las bases de la
Europa occidental en el Medievo.