ENCUADRE:
Cronología: 1372
A.C.- 1336 A.C.
Familia:
- Padres: Nebmaatra (Amenohtep III) y Tiy.
- Gran esposa real: Nefertiti.
- Hermanos: Sitamón, Henuttaneb, Isis, Nebetta, Baketatón y Tutmose.
- Heredero: Tutankamón.
Reinado: 1353-1336 A. C.
(décimo faraón de la dinastía XVIII de Egipto)
Reformas:
Artísticas, Religiosas y Políticas.
ANÁLISIS:
Comenzando por
su nombre, Amenhotep, (hágase la voluntad de Amón), que el mismo cambió por Akenatón (útil a
Atón), tras llevar a cabo varias reformas.
Es hijo de Nebmaatra
(Amenohtep III) y Tiy además de ser padre de Tutankamón, uno de sus hijos que
llegó a ser faraón.
Su esposa real
fue Nefertiti, famosa por su belleza y sus dotes de gobernante.
También contaba
con seis hermanos entre los cuales él era el pequeño de los varones.
Amenhotep IV
reinó alrededor de 17 años. En sus primeros cinco años promovió
principalmente obras de arquitectura,
pero en los últimos doce años de faraón,
hizo de ellos una etapa histórica que es conocida como período de Amarna.
COMENTARIO:
Centrándonos principalmente en el apartado
artístico de éste período, Akenatón revolucionó el estilo artístico que se
encontraba en Egipto durante miles de años inalterable.
Se dejó a un lado el Hieratismo típico de las
representaciones egipcias para adoptar el naturalismo, como representan algunas
estelas de la vida cotidiana del Faraón.
En sus esculturas se aprecian las siguientes
diferencias respecto a los demás:
Mentón y cuello alargado, con el torso y hombros
estrechos y labios gruesos.
También disminuyó la representación religiosa
además la decoración de la misma en las
estancias reales, sustituida por escenas
del Faraón que se muestra más cercano al resto de personas y menos idealizado.
También
llevó a cabo reformas religiosas en sus años de reinado , como nombrarse
único representante de los Dioses en la Tierra con la consecuencia de
inutilizar la casta sacerdotal y la eliminación de figuras humanizas que
componía el arte egipcio, incluso los templos se transformaron en lugares
abiertos donde cualquiera podía
contemplar la divinidad.
Además en el ámbito político logró afianzar su poder como Faraón gracias a
las reformas, también mantuvo el sistema
de alianzas que heredó de su padre y prosiguió con el trato y los acuerdos con
las diferentes potencias extranjeras, (según las cartas de Amarna).
CONTEXTO HISTÓRICO:
Egipto fue un país y una civilización marcada
por la geografía: rodeado de desiertos, el Nilo era la razón de ser del país,
ya que las inundaciones periódicas del río proporcionaban la riqueza y la
fertilidad en la agricultura. Este aislamiento geográfico y esta visión cíclica
de la naturaleza contribuyeron a un orden y unas creencias que había que
mantener inalterables, lo que explica la poca evolución y el mantenimiento
durante tres mil años de las ideas y las costumbres egipcias. En este estado de
cosas, el faraón era la piedra angular, puesto que como representante de los dioses
en la tierra, con un carácter divino, era el que debía mantener la
inmutabilidad de las creencias y la permanencia en el poder.
Su poder era absoluto sobre una sociedad
resignada al trabajo y a que las cosas se mantuviese como estaban. La religión
también impregnaba todo los estrados de la vida egipcia, pues estamos ante una
sociedad teocrática con una fuerte importancia de los templos y las castas de
sacerdotes. En esta vida religiosa era muy importante la creencia en la vida de
ultratumba, pues los egipcios creían que el alma pervivía después de la muerte
y necesitaba todo lo que había tenido en esta vida; ello explica la importancia
de las tumbas en el arte, monumentalismo, colosalismo, racionalismo matemático,
abstracción, simbolismo y eternidad son conceptos que desprendes los modos de
vida egipcia y que tendrán su reflejo en la cultura y en arte.